Un día después de firmar el decreto que la posesionó como ministra de Cultura, el 23 de noviembre de 2023, Romina Muñoz hizo algo que no había pasado hacía rato en el Ministerio: recorrió el edificio de ocho pisos y visitó algunas oficinas de la institución. Quiso conocer qué hacía cada departamento y decirle a las personas que los integran que si necesitaban hablar, podían ir a su despacho y listo.
Un tipo de apertura que al menos en la anterior administración no existía. Algunos de los que trabajan en la institución lo repitieron durante la entrevista.
Y es algo sobre lo que la propia Muñoz desarrollaría más adelante, durante la entrevista: “Había que generar espacios de encuentro entre las áreas y por eso estoy haciendo reuniones semanales yo misma. Bajo a ver lo que cada área realiza, para entender lo que cada funcionario de cada espacio hace”.
Muñoz, sentada a la cabeza de la mesa de reuniones de su despacho, vestida de blusa café y falda azul, recibió a un equipo de GK a finales de diciembre de 2023. A su izquierda había un gran ventanal, a la izquierda, un cuadro de la artista ecuatorina Aracely Gilbert.
Hoy la ministra @RominaMProcel conoció, uno a uno, al equipo de trabajo de la institución.
— Ministerio de Cultura y Patrimonio 🇪🇨 (@Cultura_Ec) November 24, 2023
En este recorrido por los espacios escuchó a los funcionarios y analizó sus condiciones de trabajo.
El trabajo en equipo es fundamental para #ElNuevoEcuador.#TrabajamosEnEquipo pic.twitter.com/SwOxCIkF4n
Romina Muñoz fue la directora del Museo Nacional (MuNa) entre junio de 2021 y septiembre de 2023. Ese paso y experiencia por el sector público es de mucha ayuda hoy.
Luego de dos años en el cargo fue separada por su antecesora, la ministra de Cultura María Elena Machucha. ¿La razón? Un discurso que dio en la inauguración de la muestra con la obra de la artista ecuatoriana Judith Gutiérrez.
En su discurso, Muñoz criticó que el MuNa no tuviera sede propia y que no existiera estabilidad laboral para sus empleados.
Ahora, ella es la ministra y es quien va a decidir sobre algunas de las cosas que criticó, y otras más.
¿Ser Ministra de Cultura luego de ser despedida de la dirección del MuNa puede verse como una revancha o justicia poética?
Bueno, yo lo veo más como una oportunidad, ¿no? Para mí no es una revancha.
Llevo varios años trabajando en el espacio artístico, como docente e investigadora. Soy consumidora de museos, de arte, de bibliotecas. Entonces conozco muy bien el funcionamiento de estos espacios: cómo operan a pesar sus carencias, sus limitaciones.
Para mí estar en este lugar es una oportunidad de trabajar de forma directa con las necesidades de estas instituciones.
Yo lo veo como un regalo. Estar aquí es un regalo a una trayectoria de trabajo.
Tengo mucha ilusión de lo que pueda realizar. Hay cosas efectivamente que requieren mayor tiempo para concretarse, pero creo que algo a lo que estamos apostando desde las diferentes carteras del Estado es que no hay que disfrazar los problemas, sino que transparentarlos, asumirlos.
Por eso habrá cosas sobre las cuales se verán resultados más inmediatos; otras que tardarán más. Pero lo que no podemos hacer es dejar las cosas como están.
Si se trata de no disfrazar los problemas, ¿cómo encontró al Ministerio de Cultura?
He encontrado un ministerio muy animado a trabajar, con personal dispuesto en su campo y abierto al cambio.
Cuando empecé a recorrer los espacios y los departamentos del ministerio, noté que había gente dispuesta a trabajar a favor del espacio cultural, del espacio artístico, pero quizás había una desconexión entre un área y otra.

La ministra de Cultura y Patrimonio, Romina Muñoz, en su despacho. Fotografía de Nicole Carrera, para GK.
Esa desconexión que se traduce en más burocracia…
Efectivamente, el ministerio se ha burocratizado muchísimo. Mucho personal y áreas importantes se pasaban haciendo informes del informe del informe del informe del informe. Eso retrasa un montón de cosas.
Luego, cuando encaminemos mucho de este trabajo, lo iremos visibilizando. Porque es una cosa muy sencilla, pero ahora mismo está entrampada y creo que tiene que ver con todos los cambios que ha tenido el Ministerio. Hemos tenido un montón de ministros.
|Nota de la editora: En los 18 años de vida del Ministerio ha habido 16 ministros.|
Es decir, la idea está en ir desovillando lo que se ha enredado en estos años…
Mira, nosotros tenemos un plan con varios ejes. Uno es el fortalecimiento y autonomía de la institucionalidad del Ministerio, de sus espacios y dependencias.
Esto no implica tanto tiempo, pero sí implica conectarse con la gente, conectarse con los equipos, mantenerse conectado a las áreas. Implica que los equipos vuelvan a conectarse con la razón por la que realmente estamos aquí.
Este trabajo lo arranqué desde el día uno, cuando fui a visitar cada área de una a una.
Su experiencia en el MuNa trae consigo una pregunta necesaria: ¿qué piensa hacer sobre el problema del edificio Aranjuez, donde descansa parte del patrimonio cultural del país, así como la reserva del Museo Nacional?
La solución es crear un Museo. Construir un museo con sus reservas. Hay que hablarlo, hay que decirlo y nosotros vamos a encaminar acciones para que ese edificio se construya. Obviamente no puedo decir cuánto va a tardar, pero voy a correr.
Creo que hay que decirlo porque esto es algo de lo que la ciudadanía tiene que apropiarse. Debe ser una brigada nacional la que debe estar detrás de la construcción del edificio del Museo Nacional del Ecuador. Mientras más ciudadanos comenten, mientras más instituciones se involucren, más fácil y más ágil va a ser esa construcción.
|Nota de la editora: El Museo Nacional (MuNa) está dentro de la Casa de la Cultura Ecuatoriana. Mientras que el edificio Aranjuez, que no fue construido para resistir el peso de las reservas arqueológicas, artísticas y documentales del país, está a varias cuadras de distancia, en Reina Victoria y Washington.
Desde hace 10 años hay reportes de que la edificación no puede soportar en sus nueve pisos el peso de casi 49 mil piezas patrimoniales de las colecciones arqueológicas, de arte colonial, republicano, moderno y contemporáneo, reservas fotográficas y fondos bibliográficos y documentos del archivo histórico del país.
La propuesta de Muñoz es que tanto el MuNa, como las reservas vayan a un nuevo edificio que debería construirse. Desde 2012 han existido las alertas de que, en caso de un sismo fuerte, el Aranjuez podría colapsar, con todo su contenido. En los últimos 5 años han existido varias propuestas de solución; la que más sonó fue la de llevar el MuNa y a la reserva al edificio de la Unasur, cerca de la Mitad del Mundo, pero este edificio no tenía las condiciones.|

La Ministra de Cultura durante la entrevista en su despacho. Fotografía de Nicole Carrera para GK.
¿Por qué es necesario construir ese nuevo Museo?
Porque el Museo no puede estar más lejos de sus reservas, eso complejiza mucho el trabajo.
Además, eso supone una falta de comprensión de lo que implica el trabajo de un museo. Un museo no es un espacio sólo de exhibición, es un espacio de investigación, de cuidado de una colección. Necesitas tener la reserva cerca para dialogar con ella, para dinamizar el trabajo educativo que se hace en los museos. Por eso se necesita construir un edificio, un museo nuevo.
Se han tomado algunas soluciones que son parches hasta llegar a la solución definitiva.
Y ya bajo mi gestión hemos solicitado un nuevo informe a la Secretaría de Riesgos para saber, en función de la situación actual del edificio, qué acciones tomar en la medida que vamos preparando un nuevo edificio. Una medida importante que se debe tomar en este momento, hasta que salga el otro proyecto.
|Nota de la editora: la reserva de arte colonial y de arte moderno del Ecuador están ahora en el Centro de Investigaciones de la Memoria y Patrimonio Cultural, en Jerónimo Carrión y Pedro de Valdivia, centro norte de Quito. Esto le ha quitado peso al edificio Aranjuez, así que se ha reducido la presión, sobre todo en los pisos más altos.|
¿Eso significa también reunirse con todos los gremios de historiadores, expertos y personas interesadas en preservar el patrimonio que lo soliciten?
Es importante transparentar la información. No solo es decirlo. Es que cada acción sea comentada y en eso estamos.
Es decir, si tenemos que recibir a la comisión defensora de los archivos, pues la recibiremos. De eso se trata. Lo que no podemos hacer es no dar información.

Documentos que tuvo la ministra de Cultura, Romina Muñoz, a su alcance, durante la entrevista. Fotografía de Nicole Carrera para GK.
¿Cuál cree que sería la labor de un Ministerio de Cultura y Patrimonio en un país que mira con mucho recelo el trabajo cultural y artístico?
Este es un eje transversal.
De hecho, el eje que comentaba antes, del fortalecimiento de la institucionalidad y la autonomía de los espacios, es clave para esto. Si tienes un espacio debes darle, efectivamente, autonomía, condiciones laborales y una libertad de creación de agendas profesionales. Esto me parece clave, pues la gente va a ir acercándose más a estos espacios.
Por ejemplo, el trabajo que hice cuando estuve en el Museo Nacional fue generar una agenda seria, política. No politizada, pero sí política, para generar debates. Creo que a la gente hay que tratarla con seriedad. Eso es lo que la ciudadanía se merece. En la medida de que tú trates a la ciudadanía con seriedad, la ciudadanía te devuelve la seriedad.
Y al contrario de los prejuicios que hay de que los consumos culturales son bajos, mi experiencia me dice que hay una sed por ir a estos espacios, por consumir producción artística, por consumir producción local. Eso es algo que yo, creo, trajo la pandemia. Y estamos en un buen momento para aprovecharlo, para generar una conciencia sobre ello.
El Ministerio tiene muchas líneas de acción. Para esto, primero, hay que ir profesionalizando sus espacios. Eso es clave. Cuando los espacios ofrecen una oferta seria, eso va a tener respuestas.
La otra es generar campañas de difusión. Y el otro elemento que creo es clave es el acercamiento al sector privado con los diferentes incentivos que hay. Estamos hablando de que tenemos como 10 incentivos que no han sido operativizados. Algunos funcionan, pero la gente no sabe cómo funcionan.
Hoy estamos detectando justamente cuál es el estado de cada uno de estos incentivos para, a partir de enero, arrancar una campaña para comunicar cómo funcionan y destrabar ciertos elementos que están complicando la llegada de estos incentivos hacia ciertos sectores.
El acercamiento del sector privado es fundamental. Creo que es necesaria una comprensión diferente del Estado, porque al Estado lo hacemos todos. Así, la inversión hacia la producción artística y cultural es fundamental para llegar a la ciudadanía, que empezará a apropiarse y a reconocer lo que se hace.
¿Esas campañas de comunicación quieren dar a conocer el trabajo de un Ministerio que ha pasado casi desapercibido para la gente que está fuera del sector cultural?
Estamos trabajando en campañas de comunicación internas y externas para entender qué es lo que hace el Ministerio, para que internamente sepamos qué es lo que hacemos y poder comunicar eso de mejor manera hacia afuera.
Porque la gente no entiende muy bien cómo funciona esto.
Yo no sé si soy muy romántica, pero creo que a la gente hay que volverla a enamorar del arte, de la producción artística, hay que volverla a enamorar del Ecuador. Esa es nuestra función y eso se hace con trabajo.

En el despacho de la Ministra de Cultura y Patrimonio descansa un cuadro de Araceli Gilbert. Fotografía de Nicole Carrera para GK.
No existe plan de lectura en este momento, ¿qué opción están contemplando para que exista uno?
Estamos trabajando en eso.
Cuando se creó el Plan Nacional del Libro y la Lectura José de la Cuadra [que funcionó entre 2018 y 2021] este no estuvo sustentado en políticas de lectura. Por eso ahora tenemos un borrador de políticas que se va a hacer público a finales de enero, tentativamente el 29.
¿Cómo se han trabajado estas políticas?
Las ha venido trabajando por cinco meses intensos un consultor, Sebastián Concha, que ha venido reuniéndose con el sector editorial independiente, con la Cámara de Libro y con los diferentes miembros del sector.
Lo que nosotros hemos hecho es retomar ese proceso, con ayuda del Centro regional para el fomento del libro en América Latina y el Caribe (Cerlalc), que ha hecho una revisión de este borrador y nos han dado sus puntos de vista a la propuesta.
A partir de esas políticas, ¿se va a trabajar en un nuevo plan de lectura?
Sí, pero basado en políticas que integren a los distintos actores del sector, a instituciones involucradas, a las bibliotecas, las bibliotecas municipales.
La idea es que el plan debe estar integrado con un trabajo de fortalecimiento de las instituciones. De nada nos sirve hacer un plan y unas políticas rimbombantes o guapas si no fortalecemos a las bibliotecas. Son 14 bibliotecas del Ministerio a nivel nacional que necesitan personal, adecuaciones y estamos en ese trabajo.
¿Están garantizados los fondos de fomento para este año? El fondo viene del 5% de las utilidades del Banco de Desarrollo del Ecuador y hace una semana el presidente Daniel Noboa comprometió los recursos del Banco para pagar parte de la deuda del Estado a los municipios del país. ¿Esto no podría comprometer la entrega de estos fondos por el temor de que la institución se quede sin capital?
El fondo actualmente cuenta con recursos para seguir llevando a cabo los concursos públicos previstos. Y este fondo va a seguir creciendo en la medida en que las utilidades del banco crezcan.
Pero es posible que los recursos disminuyan un poco. El Ministerio de Finanzas propuso, para alivianar las deudas de los GAD, generar un canje porque el país está en una situación económica muy crítica. Esto va a impactar en el ingreso anual de los fondos, pero eso no quiere decir que no va a haber ingreso. Sí hay y habrá recursos.
No es que no van a seguir creciendo. Quizás no van a seguir creciendo de la misma manera, pero en la medida en que el país resuelva los temas económicos, esto va a volver a recuperarse. Es una medida que me parece inteligente para resolver la crisis económica que hay que atender.

Romina Muñoz, ministra de Cultura y Patrimonio, en plena entrevista con GK. Fotografía de Nicole Carrera, para GK.
¿El fondo no va a desaparecer?
No, no va a desaparecer. Hay una base, hay recursos que ya están y que son la base para llevar a cabo los concursos previstos. Tenemos una proyección para el 2024 y 2025. Tenemos más o menos calculado el porcentaje para esos dos años.
¿Cómo está la situación de devolverle la institucionalidad al IFAIC y al ICCA una vez que el ex presidente Guillermo Lasso firmó el decreto que dejó sin efecto la decisión de Lenín Moreno de fusionar ambas instituciones?
Ya estamos en ese proceso que implica una aprobación del Ministerio de Finanzas y una aprobación del Ministerio de Trabajo porque hay que aprobar una estructura orgánica. Hemos tenido reuniones de trabajo con el Ministerio de Trabajo y existe una hoja de ruta.
Desde el día que me enteré de que venía a este puesto, empecé a trabajar en este tema. Así que hemos estado haciendo el trabajo con antelación y el miedo que yo creo que tiene la ciudadanía es si los fondos o los llamados a convocatorias en el traspaso del uno al otro se van a detener. Y no, no se van a detener.
¿De qué le sirve la experiencia en el MuNa para este reto en el Ministerio de Cultura y Patrimonio?
El paso por el MuNa fue fundamental para aceptar el cargo.
Conocer el sector como docente, como investigadora externa es una cosa. Pero la experiencia de trabajo en la parte pública, que fue muy intensa y muy compleja, me dio la fuerza para decir sí, esto tiene que cambiar.
También porque sentí en un momento que en el Museo Nacional podía llegar hasta cierto punto.
Espero que las directoras no sientan lo que yo sentí. Creo que no van a hacerlo porque necesitamos transformar cosas estructurales, sino, no van a cambiar las cosas.
Como dije antes, para mí es una oportunidad de hacer esa transformación.
| Nota de la editora: Cuando la Ministra habla de las directoras se refiere a las directoras de los cuatro museos importantes del país, bajo la tutela del Ministerio de Cultura. Son cuatro mujeres escogidas luego de un proceso de selección. Ellas son: Ana Rosa Valdez, directora del MuNa; Stephanie García Albán, directora del Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (MAAC); Sixtina de Ureta Santos, directora del museo Corporación Ciudad Alfaro, y Monserrath Tello Astudillo, directora del museo Pumapungo.|

La Ministra de Cultura conversa con Estelina Quinotoa, quien hasta septiembre del año pasado fue la custodia de la Reserva Arqueológica del Ministerio. Fotografía de Nicole Carrera para GK.
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